En esta breve entrada vamos a comentar un caso real de rehabilitación energética, en base a nuestra propia experiencia profesional, para poder estimar los beneficios económicos, y no solo económicos, que se logran con este tipo de actuaciones.
El caso real
Pongamos como ejemplo un pequeño edificio de viviendas situado en la Cornisa Cantábrica. Consta de planta baja de aparcamientos y tres alturas en las que se ubican dos viviendas por planta, con un total de 6 viviendas, y otros tantos trasteros situados también en planta baja.
Se trata de un edificio proyectado en 1974, de estructura de hormigón, con una fachada típica de esa época, previa a la entrada en vigor de la NBE-CT-79, compuesta por una doble hoja de fábrica de ladrillo, ladrillo de 4 cm al interior y medio pie de ladrillo hueco doble al exterior, revocado con portero, y cámara de aire de 9 cm. Carece de aislamiento térmico, como era habitual en aquellos años. No hay instalación original de calefacción, por lo que ésta es mediante energía eléctrica.
Los vecinos han ido cambiando las carpinterías años atrás, y hoy todas las viviendas disponen de marcos modernos y vidrios con cámara de aire.
Del análisis de esta envolvente se deduce que tiene una transmitancia (U) de 1,17 W/m2ºK.
La rehabilitación
La Comunidad de Propietarios decide aprovechar el necesario mantenimiento de la fachada para incorporar el aislamiento del que carece el edificio. Tras analizar varias alternativas, se opta por ejecutar un aislamiento exterior tipo SATE con placas rígidas de 6 cm.
El proceso es el siguiente: sobre el actual acabado de la fachada se dispone una capa de mortero ligero de regularización, sobre el que se colocan las placas de aislamiento, afianzadas con tacos de plástico. Sobre estas placas se ejecutan dos capas de mortero ligero, con malla de fibra de vidrio, y una pintura como acabado final.
Se analiza la fachada resultante de la rehabilitación, obteniéndose una transmitancia (U) de 0,66 W/m2ºK. Es decir, se reduce un 42% la transmitancia de la fachada.
Si comparamos la certificación energética del edificio inicial con la del edificio un vez rehabilitado, vemos que la calificación global del edificio pasa de una F a una E. Pero un dato más esclarecedor es que la demanda de calefacción se reduce de 205 a 159 kW h/m2 año, una disminución del 33%.
Es decir, que la vivienda tipo, de 94 m2, inicialmente demandaba en calefacción 19.270 kWh al año, mientras que tras la rehabilitación, esta demanda se reduce a 14.946 kWh. Un ahorro anual de 4.324 kWh. Suponiendo que la calefacción se mantiene eléctrica, y aplicando un precio medio del kWh, tenemos un ahorro anual de 562 € al año cada vivienda.
Cuánto cuesta
Ahora bien, vemos que cada vivienda se beneficia de un ahorro en la factura energética. Pero, ¿cuánto ha costado la rehabilitación? En este caso real, el presupuesto total de la intervención asciende a unos 37.000 €. Sin embargo, la Comunidad de propietarios ha recibido unas ayudas directas de fondos europeos (del 30% del total). Es decir, que tiene que hacer frente la Comunicad a 25.900 €. O lo que es lo mismo: 4.300 € cada uno de sus 6 propietarios aproximadamente.
Amortización
Si analizamos estos datos, concluimos que en menos de 8 años el ahorro de energía en calefacción habrá compensado la inversión realizada en la fachada. Y a partir de ese momento, cada año los propietarios seguirán ahorrando en sus facturas.
Y sin olvidar que además han mejorado su confort térmico y acústico, revalorizado el edificio y aumentado su vida útil.
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