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Soluciones de rehabilitación de fachadas (II): Aislando en la cámara

Continuamos con esta entrada en las maneras de rehabilitar térmicamente una fachada. En este caso nos planteamos la posibilidad de que no podamos aislar por el exterior, la siguiente opción que se nos ocurre es la de aislar por el interior, pero esto acarrea una pérdida de superficie útil de los espacios interiores que no siempre puede ser asumida.

¿Existe otra posibilidad?

Dependiendo del acabado exterior… si, es posible rehabilitar térmicamente una fachada existente que disponga de una cámara interior de aire rellenando esta cámara con un material aislante. Obviamente es una solución basada en tecnología: hay que ser capaz de perforar la fachada hasta la cámara, hay que disponer de un material aislante que se pueda inyectar por las perforaciones, y hay que reparar después esas perforaciones de manera que queden lo más disimuladas posible, manteniendo la imagen de la fachada.

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Esta solución viene dando buenos resultados en fachadas de ladrillo caravista o revestimientos continuos con algún tipo de junta. El grado de aislamiento que se puede lograr depende del espesor de la cámara existente, puesto que el material que se utiliza en las inyecciones es espuma de poliuretano específica para estos trabajos (de celda abierta) cuyos componentes se mezclan mediante una boquilla inyectora.

Tras replantear sobre la fachada en número necesario de perforaciones para que la espuma en su expansión cubra toda la cámara interior, los técnicos encargados de las inyecciones deben calcular el volumen de componentes a utilizar, pues si se quedan cortos la espuma no rellenará toda la cámara y si se exageran en la cantidad se corre el riesgo de que la expansión de la espuma reviente una de las hojas de la fachada, normalmente la interior por ser más fina. En el caso de que la fachada disponga de cajas de persiana accesibles, son un muy buen punto para controlar la expansión de la espuma, a la vez que debemos proteger los tambores para que no queden adheridos a la misma.

El siguiente paso es medir el espesor de la cámara, este dato nos indicará los valores de aislamiento que se pueden lograr. Hasta hace poco tiempo la mayoría de las cámaras existentes entre 5 y 7 centímetros eran suficientes para cumplir con la normativa vigente.

Muy importante a la hora de abordar esta cuestión es que la normativa aplicable desde marzo de 2014 incrementa los niveles de aislamiento de tal manera que estos espesores de cámara pueden no ser suficientes, ya que nos vamos a mover entre los 8 y los 12 centímetros de espesor necesarios.

La inyección debe comenzar por los orificios situados en la parte inferior. Se debe aportar producto durante un tiempo inferior al inicio de la espumación, y esperar hasta que la espuma llegue al orificio, llenando la cámara de abajo arriba lentamente para que el poliuretano rellene la cámara sin crear presiones excesivas en las paredes, ya que éstas cómo ya sabemos podrían llegar a fisurar. La densidad de aislamiento que se puede lograr se estima en 1,50 Kg/m2 con un espesor de 7 cm.

Para dar por terminado este tipo de obra basta con rellenar las perforaciones con un material idéntico al existente, y la intervención pasa prácticamente desapercibida.

Como regla general se debe comprobar la existencia de un espesor mínimo y continuo de cámara para inyección. En una cámara menor de 3 cm, o con rebabas internas de mortero que dejen estrecheces menores de 3 cm, o con presencia de cascotes y restos de obra, el correcto llenado de la cámara puede verse seriamente dificultado. Cuanto más gruesa sea la cámara a rellenar, y más limpia esté, mejores serán los resultados de la inyección y por tanto mayor mejora térmica. Se debe comprobar la existencia y el estado de las canalizaciones eléctricas en las cámaras y su conexión con cajas y automatismos. Hay que quitar y tapar el hueco en todos aquellos enchufes, cajas de conexión o automatismos que comuniquen con la cámara, más habitual con tabiques interiores de ladrillo hueco sencillo.

Ventajas más destacables de la inyección de aislamiento:

  • Buena solución cuando no es posible actuar por el exterior.
  • Aporta rigidez a la fachada.
  • Nulo mantenimiento.
  • Obra exterior, sin afectar al interior los trabajos pesados.
  • No se pierde superficie útil.
  • Mantiene la inercia térmica de la fachada.
  • Obra económica.
  • No se modifica el aspecto exterior del edificio.
  • No afecta a la protección contra incendios.

 

A tener en consideración:

  • La limitación del nivel de aislamiento al espesor de la cámara.
  • Se pierde algo de aislamiento a ruido aéreo al poner en contacto las dos hojas.
  • Precaución de proteger las cajas de persiana.
  • No se aíslan los frentes de forjados ni los contornos de los huecos.
  • No aporta protección a la fachada existente.
  •  También puede inyectarse desde el interior si es necesario o el andamiaje es complicado.

 

 

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