Comenzamos con esta, una serie de entradas que harán referencia a las formas de rehabilitar térmicamente las fachadas de nuestros edificios. Desde hace poco tiempo y ante la necesidad de reducir el consumo de energía y las emisiones de CO2, se está legislando para que las intervenciones en los edificios existentes incorporen de manera obligatoria actuaciones conducentes a una mayor eficiencia energética del edificio rehabilitado. En nuestro país más de la mitad de los edificios están construidos sin el aislamiento térmico mínimo necesario, y la práctica totalidad tiene un consumo excesivo de energía.
Cualquier edificio de más de 20 años podemos considerarlo insuficientemente aislado, y por lo tanto se le recomienda una rehabilitación energética de su envolvente, con la que se podría obtener sin complicaciones un ahorro entre el 25% y el 30% de la energía consumida en calefacción o refrigeración. Muy importante a la hora de abordar esta cuestión son dos cuestiones: una que la normativa aplicable desde marzo de 2014 hace obligatoria este tipo de intervenciones cuando se rehabilitan edificios; y dos que su coste no es para nada disparatado.
Es necesario tener en cuenta que en una obra de rehabilitación de fachada el mayor coste corresponde a la mano de obra y a los medios auxiliares como andamios y apeos. Por ello cuando se asume que es necesaria la rehabilitación el sobrecoste que supone la mejora en aislamiento no es crucial en el aspecto económico de la obra. Además las Comunidades Autónomas ofrecen programas de ayuda para subvencionar este sobrecoste bien mediante aportaciones a fondo perdido o créditos a bajo interés. Y en un futuro cercano estas mejoras que introducimos en los edificios supondrán un valor añadido que facilitará su venta o alquiler.
Como iremos viendo en sucesivas entradas hay diferentes soluciones para aumentar el aislamiento de una fachada existente, y la primera que vamos a ver es la denominada SATE que son las iniciales de Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior. Esta solución que al principio no contaba con el visto bueno de los ayuntamientos puesto que supone modificar las alineaciones de las fachadas, al final se ha impuesto en sus diferentes versiones ya que como hemos ido viendo en los diferentes análisis de los tipos constructivos de cerramientos, la situación óptima de la capa de aislamiento es lo más exterior posible.
La capa de aislamiento que se coloca puede variar desde los 3 cm hasta los 16 cm (en algunas casas comerciales incluso más) con lo que el nivel de aislamiento que se puede alcanzar es muy elevado en la parte ciega de la fachada. Matizamos esto, porque las ventanas son una parte muy importante de una fachada, y si realizamos un SATE pero no se renuevan las ventanas, el gradiente térmico que se producirá sobre ellas será mayor (mayor diferencia entre el grado de aislamiento de la parte ciega respecto de los huecos) y la posibilidad de que se produzcan condensaciones en los vidrios será elevada. De todas maneras es normal plantearse una rehabilitación por fases en la que primero se renuevan las ventanas y después se realiza un SATE o viceversa.
Veamos ahora cual es el proceso de obra de este tipo de rehabilitación térmica gracias a las imágenes de nuestros amigos de ADP Fachadas:
1.- Como en esta solución el aislamiento es el soporte del acabado hay que garantizar su planeidad, y esto se consigue utilizando unos perfiles de apoyo que se replantean y calzan sobre la fachada existente.
2.- Las placas de aislamiento se colocan mediante un mortero ligero que absorbe las irregularidades de la fachada, de esta manera se realizan grandes paños completos.
3.- Se procede a garantizar la fijación mecánica de las placas de aislamiento mediante elementos inoxidables (esto es fundamental) normalmente espigas de plástico.
4.- Se rasean las espigas de plástico con mortero ligero para volver a disponer de una superficie lisa.
5.- Para garantizar que la nueva capa de acabado no sufra grietas se reviste el aislamiento de una malla de fibra (reforzada en las esquinas) entre dos capas de mortero ligero.
6.- Finalmente se aplica el revoco de acabado con la terminación deseada (textura, color, etc.).
Ventajas más destacables del SATE:
- Aislamiento continuo que elimina los puentes térmicos con espesor adecuado.
- Acabados muy lisos que se ensucian menos.
- Mínimo mantenimiento de fachada.
- No hay obra en el interior y se reduce la superficie útil.
- Se mejora el aislamiento acústico.
- Aprovechamiento de la inercia térmica de la fachada antigua.
A tener en consideración:
- Sólo admite acabados continuos.
- Se disminuyen las ganancias por radiación solar directa de las ventanas.
- Las mochetas de los huecos requieren otro tipo de solución para el aislamiento.
- Interacción con las ventanas antiguas que produce mayores condensaciones sobre ellas.
¡Gracias a ADP Fachadas!